Aunque en la España de los primeros años del franquismo apenas había judíos ni masones, la propaganda del régimen quiso presentarlos como dos fuerzas estrechamente ligadas que conspiraban sin descanso contra los intereses patrios. Cabe preguntarse por qué dos grupos tan minoritarios y tan diferentes fueron considerados conjuntamente por la propaganda oficial como el gran enemigo judeo-masónico a combatir. Qué beneficio se obtenía? Qué había tras esta suerte de rival imaginario? El presente libro estudia la propaganda antisemita y antimasónica de los inicios del franquismo (1936-1945). Se analizan los conteni ...